Perfumes de mujer y hombre: los inicios de su creación

La utilización de diferentes aromas o perfumes para adornar y gustar al resto de personas ha sido siempre una práctica habitual entre los hombres y mujeres desde el inicio de la historia, sin embargo el arte de la creación de perfumes para satisfacer las necesidades de la población surgió en Mesopotamia en donde se prepararon las primeras fragancias para el uso personal.

Posteriormente este nuevo producto fue conocido en Egipto y allí se desarrolló aun más su uso y las técnicas para su elaboración. Los artesanos egipcios, primeros fabricantes de perfumes, utilizaban los aromas de la naturaleza, de flores y plantas principalmente, para preparar los aceites aromáticos que luego eran usados por la población.

Un uso muy extendido que los egipcios daban a estos primeros perfumes creados, era durante el proceso de momificación tan usual en esa época. Las mujeres egipcias eran las que más usaban estas fragancias creadas por los artesanos y era usual que llevaran pequeños frascos aromáticos consigo durante sus actividades del día a día.

Gracias a los intercambios comerciales entre las naciones de aquellas épocas el uso del perfume llegó a Grecia en donde su población acogió esta nueva costumbre y luego se trasladó a la antigua Roma quienes ya tenían avanzadas costumbres en materia del aseo personal.

Era muy usual entonces la preparación de diferentes ungüentos que eran aplicados en distintas zonas del cuerpo, luego de los baños, para dar suavidad y aromas agradables a las distintas partes de la piel en que habían sido usados.

Fue un persa quien descubrió el proceso para extraer el aceite de las flores mediante el método de la destilación, que es la forma de extracción de aromas y fragancias más utilizado en nuestros días.

perfumes origen

El primer experimento que realizó sobre esto fue hecho con una rosa. La forma que se usaba antes de este descubrimiento para perfumarse consistía en triturar hierbas o pétalos de flores y mezclarlos con aceites. Esta primera agua de rosas ofrecía aromas mucho más delicados y tubo un gran éxito entre la población desde sus inicios.

En Europa se empezaron a usar los perfumes a partir del siglo XII. En el siglo XIII se producía en Hungría por orden de la Reina Elizabeth una solución aromática llamada Agua Húngara.

En la Italia del renacimiento el arte de la preparación de perfumes avanzó considerablemente y en el siglo XVI éste arte finalmente llegó a Francia de la mano de Renato il Fiorentino, quien tenía un laboratorio que contaba con un pasadizo secreto que conectaba con su casa para evitar que le robaran las fórmulas de las fragancias que inventaba.

En los siglos XVI y XVII la popularidad de los perfumes se basaba en su uso para enmascarar los malos olores de las personas de la época quienes no tenían por costumbre asearse a menudo. En el siglo XVIII eran comunes los cultivos de plantas y flores para su uso en la fabricación de perfumes.

En nuestros días el uso del perfume es una costumbre muy extendida a lo largo y ancho del planeta: perfumes por hombre, perfumes para mujeres y perfumes para niños son usados a menudo por todos y existe una variedad inmensa de perfumes en el mercado: perfumes de lujo, perfumes baratos, perfumes para aromaterapia y muchos otros más.

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